miércoles, 29 de julio de 2009

El retrato. Un proceso



La primera fase de un retrato al pastel, ya dijimos que trata de ajustar las proporciones, al tiempo que ubicar correctamente la figura en el formato, y en esta fase el análisis de vacíos es fundamental. Tras la fase dibujística lineal se realizan las primeras decargas con el plano de las barras. Dada la importancia del papel de fondo, el color depositado se verá acentuado o atenuado, un papel neutro conseguirá "avivar" el pastel.





Ubicaremos como siempre los blancos o realces. Aunque no serán definitivos, dado que parte de los mismos se depositan con la intención de realizar fundidos y aclarar el papel.






Las descargas de color local se realizan con la barra de plano, lo lógico es que este pastel sea redondo, es decir blando, y que se realice con un fragmento de unos dos centímetros, pueden mezclarse un par de tonalidades, o bien dejar que en las zonas de oscuridad respire el papel.









Procedo a fundir pigmentos con el uso de los dedos, algunos pastelistas suelen realizar este proceso en diferente orden, comienzan depositado una mancha que funden de inmediato, para realizar el dibujo a posteriori sobre esa mancha general.






En esta quinta fase comenzaremos a trabajar con los lápices pastel sin presionar excesivamente, pensando mas bien en depositar y enriquecer, en las carnaciones con oblicuas, y en el pelo siguiendo las ondulaciones propias.
Observar en la foto la manera de asir el lápiz, haciendo que trabaje la totalidad del brazo. Los alumnos que me lean dirán que soy un "pesao", por lo insistente que sueleo ser en esta cuestión del manejo del lápiz, pero bueno, eso es lo que hay chicos/as.



Con un pincel de abanico suelo realizar fundidos suaves, modeladores, sin presionar ni apenas insistir, desplazando pigmento, con posterioridad se puede fijar con los dedos o realizar una ligera aplicación de fijador









Continuaremos acentuando y perfecionando rasgos mediante el uso de los lápices pastel. Entre otros resultan imprescindibles además del sanguina y sepia, el rojo, violáceo, rosa, y verde oliva, icluso el cinabrio.
Los verdes y azules aplicados al rostro deben meditarse y dejar para el final, no abusando de los fundidos o se ensuciarán por complementariedad. A mi me gusta recordar aquello de que el verde suele ser un color "maldito", pero necesario.


El empleo del difumino es necesario, sobre todo en lugares puntuales como el iris, las orejas, nariz, labios..., pero ojo, deberíamos tener al menos tres difuminos, uno grueso para el cabello, uno para los colores cálidos y otro para frios, (incluso un cuarto, para los verdes). De lo contrario acabaremos ensuciando. el uso del difumino debe ser el mínimo; si insistimos mucho "machacaremos la obra", los pastelistas consagrados suelen prescindir de difuminos, o al menos eso me parece a mi, cuando observo a Q. La Tour. Degas, o Fuentetaja.



Y ya llegamos al final. Y a la eterna pregunta... ¿cuando está terminado un cuadro de estas características?. Pues creedme que yo no lo se, imagino que lógicamente dependerá del nivel de exigencia que nos propongamos. Lo cierto es que a menudo, y sobre todo con el pelo, lo mas conveniente es deshacer en lugar de insistir, y en mi opinión lo mas difícil es resultar convincente académicamente en las transiciones inferiores, donde la figura se deshace, por ello a veces nos servimos de un objeto como las flores o la vestimenta. En fin, con estas últimas entradas he tratado de exponer de manera muy sintética los logros del Pastel.



1 comentario:

  1. Una preciosidad Evaristo!

    Ya he vuelto de vacaciones y creo que Martin y yo nos vamos a decidir finalmente por un retrato al pastel.... ¿cuando quedamos? :) Besos. Inma

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