jueves, 30 de septiembre de 2010

La Última Sesión.

La última clase del curso de retratos se dedicó a un ejercicio práctico del rostro de una niña.
Las características de la cabeza del niño se definen en comparación con las del adulto; así observamos que el rostro infantil presenta:
--El tamaño del cráneo es desproporcionado respecto de las dimensiones del rostro.
--Los ojos son más grandes, proporcionalmente, que los del adulto.
--La naríz es pequeña y respingona (los huesos nasales están poco desarrollados).
--El maxilar inferior es muy pequeño comparado con el mentón del adulto.
--Los carrillos son abultados, dando una sensación de redondez general a la cara.
--El cuello es estrecho con lo cual, la cabeza queda "atrapada" en el cuerpo.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

RETRATO DE NIÑA

Este es uno de los resultados de esta mañana.

María dice que no desea elaborarlo más, por que perdería frescura, y además es un dibujo mas propio de su manera de ser.

martes, 28 de septiembre de 2010

A PROPOSITO DEL PELO







Resueltos los primeros problemas con el retrato, como la ubicación correcta de los elementos del rostro, y del tratamiento que se le da a cada uno de ellos según la técnica ejecutada, ya sea carboncillo, grafito o sanguina, estamos en disposición de realizar nuestros primeros retratos (más o menos).
Pero todos nos encontramos con el mismo problema: EL MALDITO PELO, COMO LO ABORDAMOS....! Y a la hora de realizarlo tendemos a cometer el mismo fallo: SE NOTA MUCHO......!.
Y es que en el retrato, el pelo debe tratarse como un elemento superfluo para que practicamente no se perciba.
Sólamente en el dibujo académico se dará algo más de relevancia al mismo, pero del mismo modo, nunca ser protagonista.
He aquí una propuesta para ejecución de pelo sedoso y suelto realizado en tres tipos de papel de diferente grano: folio, papel alabastro acuafix y papel caballo 109-a en orden de rugosidad creciente. Comprobamos que cuanto más liso es el papel mejor resultado se obtiene.





lunes, 27 de septiembre de 2010

Curso de retrato.

Finalizó el curso de retrato; Intenso y breve: tal la primera impresión cuando la memoria vuelve sobre sus pasos y, desde el horizonte, contempla septiembre.
Evaristo nos transmitió parte de sus conocimientos (¡cuánto bosque de papel ! --alabastro, estraza, Canson, Kraft...--, ¡cuánto bosque de olvido! --carbón comprimido, grafito, sanguina...--, cuánto bosque ocre! --ojos, bocas, orejas...--, ¡cuánto bosque lleno de caminos! --modelado, cartones preparados, pastel...--) y nosotros, los discentes, andamos ahora entre la nostálgia de miércoles y viernes y el intento de continuar en la práctica de tantas posibilidades ofrecidas.
Sea, pues, este autorretrato un modesto ejemplo de lo que pude asimilar y de lo que, con esfuerzo y no demasiada fortuna, pude llegar a desvelar desde quien me observaba en el espejo.
Evaristo, te toca: ¡haz la crítica!

viernes, 24 de septiembre de 2010

EL CARBONCILLO

En el Curso de Retrato que estamos acabando, se han tocado varias técnicas, pero sin aterrizar en ninguna. Obviamente, en un Curso Acelerado de un mes... poco puede hacerse por profundizar en algo.

El carboncillo sobre diferentes soportes ha dado algo de juego, y el grafito igualmente, pero hay tanto camino por recorrer... así se ha puesto de manifiesto con los ejercicios de pelo que hemos practicado esta mañana.

Al San Pedro de arriba, también le he aplicado realces de creta, pero he procurado ser comedido y dejar que respire el papel gris.

jueves, 9 de septiembre de 2010

SOBRE EL RETRATO

En próximas entradas ubicaremos algunos de los retratos que estan saliendo del actual Curso Intensivo impartido durante el mes que corre.

Ahora, me permito subir al que considero uno de los mejores retratos realizados por nuestro paisano Velázquez. Se trata del insigne escritor Luis de Góngora. Siempre tuve gran predilección por esta pequeña joya, de la que supe desde que era muy niño y coleccionaba sellos de correos. Ya ha llovido.







La semana pasada uno de mis alumnos, Josué Marcos me ha regalado un libro recientemente publicado por la R.Maestranza de Caballería, su autor Gonzalo Martínez del Valle , y subtitulada: El retrato sevillano del siglo XVII. Me ha venido de perilla para comentar algunos aspectos propios de este género, que tomaría un gran impulso durante la centuria citada, sufriendo cambios y adaptaciones considerables, y convirtiéndose en centro de atención de artistas y pudientes, especialmente asociados a las capas nobles.


Con el advenimiento de las Revoluciones francesas se originaron cambios radicales no solo en las formas del retrato, también en las técnicas, el dibujo de las manos de Ingres produjo maravillas, (como la de abajo).





El retrato se "democratizó", y tuvo como referente a la burguesía decimonónica.






Hace una década que realicé este retrato y ya se me ha cuarteado, abusos del aguarrás.


Actualmente, el retrato puede convertirse en una "excusa" donde el parecido pase a segundo plano y lo mas significativo sea su expresividad, su colorido, o cualquier otro atributo valorativo, como dijo Picasso cuando le recriminaron porque que no había conseguido un buen parecido: -ya se parecerá... ya se parecera.


miércoles, 8 de septiembre de 2010

EL RETRATO


Con la llegada del nuevo curso, cada uno se plantea nuevas ilusiones frente al aprendizaje y la realización de proyectos que se van cruzando delante.
Una de mis mayores inquietudes en el campo artístico es el abordaje del cuerpo humano en general, y del retrato en particular.
El retrato es, sin duda, un campo, que a mi modo de ver es extremadamente complejo por varios motivos. No sólo por la gran pericia que se debe tener en el área del dibujo y las proporciones, sino de gran visión espacial para conseguir ubicar correctamente todos los rasgos del rostro en cualquier posición de la cabeza y desde cualquier punto de vista.
Además de todo ello, uno debe ser capaz de capturar el gesto que caracteriza a esa persona, esa esencia que hace que un retrato no sólo sea el dibujo de una persona, sino la persona en sí.
Por esta última razón me decidí a pintar el retrato de mi hijo Jaime (que ya apareció en una entrada anterior sin acabar), pues quizá el hecho de pintar un rostro tan conocido te da la capacidad de poder capturarlo con más autenticidad.
Este cuadro se realizó a finales del curso pasado, en acrílico, con preparación de fondo texturado, improntas de hojas y recursos propios del acrílico pero cuidando al detalle las características del rostro.