martes, 27 de octubre de 2009

FORMAS 2 : "LA MATERNIDAD"


Si existe algo que nos conecte absolutamente como seres terrenales, es sin duda, el hecho de la maternidad (me referiré a la maternidad en primera persona, sin menoscabo al sexo opuesto).

Desde el momento en que la naturaleza nos brinda la posibilidad de esta magnífica obra creativa, no podemos por menos que sentirnos absolutamente privilegiados.

Ser madre me ha hecho entender esa conexión que me une al resto de los seres vivos de la tierra. Cuando tenía a mi bebé en brazos podía verme reflejada exactamente igual que cualquiera de los grandes simios que aparecen en los reportajes de "National Geographic": la misma mirada, la forma de cogerlo, de acunarlo, de protegerlo... en definitiva, ese instinto animal que te emerge del centro de las propias entrañas.

También es cierto, que el amor que uno siente por los hijos es totalmente distinto e incomparable con cualquier otro amor que podamos sentir por algo o alguien. Si entendemos que a los hijos se les ve como "prolongaciones de uno mismo", podemos hacernos una idea del amor que les profesamos. Los sentimos parte de nuestro cuerpo, al igual que un brazo o una pierna, y nos duelen de la misma forma.

Muchos de los dibujos de esta serie han querido evocar este sentimento que mantengo presente desde el momento en el que tuve a cada uno de los míos. En concreto, éste se titula: "eres mi alegría".

Algunos de estos comentarios están basados en la lectura del libro: "el camino del encuentro" de J. Bucay (muy recomendable)


miércoles, 21 de octubre de 2009

SERIE "FORMAS"


Hola a todos: por fin he conseguido subir al blog!
Comienzo mi primera entrada presentando este pequeño trabajillo de una serie que realicé a la que se le ha dado el nombre genérico de formas.
Os cuento un poco como surgió esta serie, y más adelante, si consigo subir esta primera, iré subiendo otras para que me deis vuestra opinión.
Todo comenzó con un encargo en el que se me pedía la figura de una embarazada para ilustrar la portada de una tesis doctoral. Comenté la idea con Evaristo, y estuvimos trabajando en clase para realizarla, a modo de líneas sencillas y sugerentes. A partir de ahí y entre otras cuestiones como el análisis de espacios vacíos, o crear a través de elementos sencillos como las figuras de un tangram, surgió toda una serie de ideas en una noche de insomnio altamente creativa. Espero que os gusten. Esta se titula: "a punto de caramelo ".

ACUARELAS: EL ARTE DE SUGERIR

Esta técnica se presta como ninguna para realizar paisajes sugeridos, (usando el método del "húmedo/húmedo"). Cuando nos planteamos su ejecución debemos descolgar el teléfono y tener todo a mano: agua limpia, trapos, "clines", cartón absorbente, y si acaso un par de pinceles. A algunos acuarelistas le es suficiente con una paletina para realizar este tipo de acuarelas.






En estas semanas iniciales, pretendemos ante todo adquirir soltura con las descargas a pincel, sin recrearnos en el motivo; se trata sobre todo de perderle el miedo al medio. Por ello trabajamos con una gama restringida: la familia de los "pardos". Después pasaremos a un progresivo aumento de la paleta de color, pero cuidando la gama cromática y observando la norma de limitarnos a unas "temperaturas" de color:



La última de las tres acuarelitas que subo ha sido realizada por María Ybarra, y en la misma se evidencian ya tanto la soltura adquirida, como la capacidad de síntesis.



María ha logrado en esta acuarela un considerable efecto de atracción, gracias a las descargas rítmicas ascendentes, zigzagueantes, manipuladas de manera diferente en unos y otros planos, aplicando la perspectiva aérea, gracias al tratamiento sutil de los últimos planos. Formas sugerentes, facilmente descifrables con la ayudita del observador. En gran medida en esto radica la grandeza del arte, en su capacidad de diálogo entre el ejecutante y el observador.

jueves, 8 de octubre de 2009

El Toque Lorrain

Claudio de Lorena (Claude Lorrain) fue un pintor francés del periodo barroco que destacó principalmente como paisajista y adscrito a lo que posteriormente se conocería como barroco clasicista.

Aunque lo que tenemos en mente cuando hablamos de barroco es la desmesura, la explosión sensual que supone el predominio de lo pasional sobre lo racional, de lo "sublime" sobre lo "bello", aún se mantuvo la tendencia clásica durante todo el periodo de siglo y medio que abarcó este periodo artístico. Artistas como Poussin, Annibale Carracci, Guido Reni o el propio Claudio de Lorena mantuvieron la llama clásica que terminaría desenvocando en el arte neoclásico.

Decíamos que Claude Lorrain destacó especialmente como paisajista. En este género, en principio, podríamos pensar que es más difícil innovar de lo que puidiera ser otra temática, máxime si estamos hablando de un paisaje clasicista.
En esto consistió el genio de este pintor, en darle la vuelta a lo que esperamos de un paisaje sin que ni siquiera seamos conscientes de ello. Ese fue el toque Lorrain.
En un paisaje, al igual que en un retrato, presuponemos que el elemento principal aparecerá en primer plano y que el fondo servirá como marco de éste. Pues Claudio de Lorena le dio la vuelta a esta idea.

El toque Lorrain consiste en utilizar el primer plano, normalmente a contraluz, como marco del fondo, que es de donde sale el foco de luz y convirtiendolo en protagonista del cuadro. Esa manera de dirigir automaticamente nuestra mirada al fondo, no al primer plano sin que seamos conscientes de ello fue su "toque" para la historia.

martes, 6 de octubre de 2009

El paisaje clasicista

Lo había escrito para mi blog, pero creo que os puede interesar también a vosotros


El descubrimiento del capitel corintio por Calímaco, de J. C. Reinhart


El paisaje clasicista fue una visión de la pintura de naturaleza surgida en el siglo XVIII, en plena ebullición del paisaje romántico.


Se considera al alemán Johann Christian Reinhart como el primero en cultivarlo y en forjar sus características.


Tras la superación de la visión ilustrada de la ciencia y el mundo sensible, que creía que se podía tener un conocimiento del medio sólo con la observación y análisis del mismo, los románticos trataron la naturaleza como algo sobrecogedor, incapaz de ser aprehendido racionalmente, que te envuelve y supera y que para poder entenderlo hay que vivirlo, experimentarlo, fundirse con el.


Sin embargo, en contra de esta postura, una serie de pintores germanos, más cercanos a la sensibilidad clásica que sus cohetáneos, retrataron la naturaleza como evocación, no como sobrecogimiento.


El paisaje clasicista se estructura en dos planos (primer plano y fondo), que pueden incluso tener perspectivas distintas, como en La Cascada de Schmadribach, de Koch.




La naturaleza está reflejada de manera ideal, no como observación directa de la misma, y se compone de distintos elementos sacados de ambientes distintos pero reunidos en una misma pintura.



De haberlo, la figura humana no es la protagonista, sino un elemento más del paisaje. Y al igual que cada elemento propio del cuadro, se trata de manera unitaria, individualizada, no como un todo unificado. Es decir, el paisaje se compone de elementos individualizados unidos unos con otros. Por ejemplo, se puede separara claramente un árbol de otro, cuando en una pintura de corte romántico estaríamos ante una masa vegetal que lo abarca todo.

El paisaje clasicista no busca mostrar la naturaleza tal y como es, ni sobrecogernos o hacernos experimentar ningún tipo de sentimiento. Lo que busca es la ensoñación, la evocación por medio de tratar la naturaleza de una manera idealizada (cuando no falseada).