jueves, 3 de enero de 2013

MARÍA YBARRA

La mancha y el trazo caligráfico dan mucho de sí. Así se evidencia en este trabajito de María: Tras una aguada de anaranjado y dejar secar, se ha realizado una segunda acometida con sienas tostados y Rojo de Venecia, apoyados por el ultramar y reforzado con sepia para restar pureza. Las reservas de blanco no se han controlado apenas. De hecho, esta factura de imprecisión es la que le imprime encanto y carácter de espontaneidad a la acuarela. Finalmente ligeros trazos discontinuos con el pincel chino refuerzan la idea de contraste, al tiempo que ajustan algunas formas.

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