Esta mañana hemos hurgado por la margen izquierda del Guadaíara, unos con sus grafitos y otros con las acuarelas. A José Miguel le ha salido lo que aparece, que no está nada mal, aunque obviamente puede mejorarse.
En una salida del camino principal hemos encontrado esta casa semiderruida, uno de los paños de pared presentaba sugerentes efectos de verdina que cada cual ha tratado de atrapar.
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