jueves, 21 de abril de 2011

Acuarelas de Gustave Moreau



Seguramente a la mayoría os llame la atención, pero a mi personalmente (valga la redudancia) no me gusta nada la técnica de la acuarela. Es más, he llegado a cogerle auténtica tirria. Con cualquier técnica se puede realizar obras de mucha versatilidad, pero la acuarela por sus características físicas se presta a la "mancha" y a mi no me entra el arte gestual como espectador y, menos aun, como autor.



De todas maneras, no hay blancos ni negros, y mucho menos en el arte. Lo más maravilloso de este mundo artístico es que aunque uno tenga unos gustos y una sensibilidad que le dirige más a determinadas experiencias o estilos, siempre hay algo que se salta las barreras y te sorprendes admirando algo en lo que, a priori, nunca te hubieras detenido.


A mí eso me pasa con la faceta acuarelista de Gustave Moreau.




Fijáos cómo aprovecha la naturaleza indómita de la aguada. El color adopta personalidad propia, enérgica, pero nunca rompe el dibujo. No termina de someterse a él, pero no campa a sus anchas ni toma el protagonismo. Dialoga con la faceta diibujística y académica de la obra. Es maravilloso el dominio técnico de este autor (que tampoco es que vayamos a descubrir a estas alturas) para mantener ese juego entre mancha y dibujo.




Y pese a toda esa energía de la obra, el resultado final es ultrasofisticado. Generalmente, las obras gestuales sacrifican la elegancia en favor del sentimiento y/o expresividad. Pero Mureau logra que una obra de "manchas" sea completamente sofisticada y aristocrática.


Bueno, sólo quería compartir un botóm de muestra de la obra de este autor con vosotros.

1 comentario:

  1. Una mancha aislada es como una nota musical,puede salir por caualidad,pero una sinfonía de manchas ya es otra cosa.
    Yo adoro las manchas.Sublime las obras que nos muestras.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.