Se recurre a menudo a la factura de ciertos ismos, que nunca caducan. Es el caso de Marianela, que se ha atrevido con dos de sus hijas, versionando en la línea del pop más clásico.
Ha tenido sus quebraderos, pero el parecido es notorio. Hoy a menudo se recurre a programas informáticos para realizar descomposiciones de este tipo, pero no es este el caso.
La incógnita está ahora en el aire: ¿gustará?.
Son dos; -tal vez, puede que al menos a una de ellas.
Ya nos lo dirá.
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