sábado, 29 de enero de 2011

ESPECÍMENES

Mañana fresquita, interior y alrededores del Parlamento Andaluz. Imposible aparcar por la Macarena, Sevilla es para las bicis, y punto.
128 pintores desperdigados por doquier, a la caza y captura de siete premios, la mayoría bastante birriosos, estamos en crisis y eso es lo que hay.
Vamos a ofrecer una panoplia de especímenes de los que suelen verse por estos eventos.
En total ocho, (entre los que me incluyo).

He aqui al texturólogo. Se trata de una especie que prolifera cada dia mas en los Concursos de Pintura Rápida. Se presentan con el lienzo cargadito de improntas, relieves, arañazos, y mil accidentes... si cuela, ya tinen medio cuadro terminado, basta con darle una pasada a modo de tarlatana con un par de neutros... y se produce el milagro. Claro que a veces en las Bases esto no lo toleran; y entonces suelen llevarse el chasco, (o sacan el lienzo de reserva).




El superordenadito: Se asemeja al tenista Rafael Nadal, es una máquina de la concentración, suele verse también con los cascos de oir música, aunque en realidad es una señal para los que incordian alrededor, y que significa: "no molestes con preguntas capullo, me desconcentro".



La desordenada: Estamos viendo el caso opuesto al anterior, suelen cultivarlo los estudiantes de BBAA. y cuando llegan al tajo ponen el saco-petate bocaabajo, le dan una sacudida y entre pinturas, pinceles y tampax, dejan ver el envoltorio de un condón arrugado. El agarrao: es el que tiene como particularidad el dejar casi todo el lienzo sin tocar, se ciñe a un pequeño sector y el resto lo cubre de una sutil película con leves matices, desde luego los tubos le duran más de una década.



El pintor fantasma: el pintor fantasma es el que nunca se le ve pintando, tras media hora de trabajo, deja los pinceles y se dedica a mirar, cortejar, fumar, charlotear... cuando falta media hora para entregar, le entra el frenesí, y descarga espatulazos como un poseso, aplica el pulverizador, y acaba el cuadro en el suelo a base de "driping".




A este especimen le llamo yo el andarín; se trata del pintor que se aleja unos pasos, se acerca, da dos pinceladas, se retrasa de nuevo, mira, asimila, da otras dos pinceladas... y vuelta a empezar. Este tipo de pintores no suelen tener problemas de colesterol, se andan una media de cinco kilómetros en cada cuadro.



He aquí el Acuarelista Experto, quien con un mínimo de material consigue lo máximo, y que sabe muy bien que ponerse al sol un dia invernal es un requisito indispensable para que el papel se vaya secando.
Y estos son mis bártulos y el cuadro a medias, en un pasillo frio y despoblado, donde me acompañó la calma todo el dia, (tan solo interrumpida por algun ojeador aburrido, como el vijilante de la zona). Nos regalaron un llavero, un librito, y el plástico que cubre las alfombras.
En fin, menos da una piedra.


3 comentarios:

  1. ¡Genial Evaristo¡, Qué pedazo de crónica, inteligente, divertida, irónica.
    Todo muy bien, pero no nos dices qué clase de especimen eres tú.

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  2. Eso os lo dejo a los demás. Como soy tan prolífico me genera inseguridad el encasillarme.
    Gracias por tu comentario, Catalina, y a ver si cuando te incorpores a la acuarela te vienes al Parque de la Alquería.

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  3. Veremos qué clase de especimen, eres muy completito y todavía no sé...
    De verdad que tengo ganas, tienes que mantenerme informada para cuando vayáis por la tarde. Estoy segura de que pintar al aire libre es muy enriquecedor
    Saludos.

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