En la última clase del Parque de la Alquería, "machaqué" en exceso la que aparece en segundo lugar. Y es que no se puede estar a la vez en misa y repicando.
Sin embargo, ya defenestrada, tuve la idea de hacerle unas violentas descargas de últimísima hora, especialmente en los laterales. Cuando llegué a casa, totalmente seca, la metí en la ducha bajo el chorro de agua, y no contento, le largué unas pasadas con un cepillo de raices... y casi desapareció. Esto fue posible, gracias a la capacidad de maltrato que soporta el Arches.
Después, unos ligeros toques para reforzar contrastes... y listo. Vean y comparen. Contento estoy.
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